Sigo
enredado entre tus raíces espesamente frías,
amarrado
por mis antiguos pecados,
por
ello sigo preso sin poder volar de nuevo,
sigo
aullando entre campanas,
para
huir de mis demonios ocultos en cuevas.
Sigo
nadando entre la niebla,
buscando
tu sonrisa donde se que no hay nada.
Queriendo
volver a dormir entre tus piernas.
Pero
vuelan los pájaros
y
on ellos mis gritos de noviembre.
Ningún comentario:
Publicar un comentario